lunes, 27 de julio de 2009

TU FANTASMA (CANCIÓN)

Me decido a tararearte,

todo lo que se te extraña,

desde el siglo en que partiste

hasta el largo día de hoy.

Me acompaña mi guitarra

porque yo no se de cartas

y además ya tú conoces

que ella va donde yo voy.

lo único que me consuela,

es que uso dos almohadas

y que ya no me torturo

cuando te hago trasnochar

otro alivio es que en su árbol

los pajaritos del alba

siguen ensayando el coro

con que te intentan cantar

El teléfono persiste

en coleccionar absurdos

embromarme sigue siendo

un deporte universal

y la puerta está comida

donde la ha golpeado el mundo

cuando menos una buena parte

de la humanidad.

El cine de enamorados

tuvo un par de buenas pistas

nuestro cabaret privado

sigue activo por su bar

se nos sigue desangrando

la llave de la cocina

y yo sigo sin canciones

habiendo necesidad.

Pueden ser casualidades

u otras raresas que pasan

pero donde quiera que ando

todo me conduce a tí.

Especialmente la casa

me resulta insoportable

cuando desde sus rincones

te abalanzas sobre mí,

no exagero si te cuento

que le hablo a tu fantasma,

que le solicito agua

y hasta el buche de café.

En días graves le he pedido,

masajes para mi espalda,

los peores, ni te cuento,

porque no vas a creer.

Hay días que en tu sacrificio,

acaricio tu fantasma,

pero donde iba el delirio,

no oigo tu respiración,

siempre termino en lo mismo,

asesino tu fantasma

y la diana me sorprende

recostado en el balcón.

ya no se si lo que digo,

realmente nos hace falta,

hoy no es día inteligente,

y no se ir más allá,

pero cuando puedas vuelve,

porque acecha tu fantasma,

jugando a las escondidas

y yo estoy muy viejo ya

pero cuando puedas vuelve,

porque acecha tu fantasma

jugando a las escondidas

y yo estoy muy viejo ya.

SILVIO RODRÍGUEZ

Aquí te amo. Neruda

En los oscuros pinos se desenreda el viento.

Fosforece la luna sobre las aguas errantes.

Andan días iguales persiguiéndose.

Se desciñe la niebla en danzantes figuras.

Una gaviota de plata se descuelga del ocaso.

A veces una vela. Altas, altas estrellas.

O la cruz negra de un barco.

Solo.

A veces amanezco, y hasta mi alma está húmeda.

Suena, resuena el mar lejano.

Este es un puerto.

Aquí te amo.

Aquí te amo y en vano te oculta el horizonte.

Te estoy amando aún entre estas frías cosas.

A veces van mis besos en esos barcos graves,

que corren por el mar hacia donde no llegan.

Ya me veo olvidado como estas viejas anclas.

Son más tristes los muelles cuando atraca la tarde.

Se fatiga mi vida inútilmente hambrienta.

Amo lo que no tengo. Estás tú tan distante.

Mi hastío forcejea con los lentos crepúsculos.

Pero la noche llega y comienza a cantarme.

La luna hace girar su rodaje de sueño.

Me miran con tus ojos las estrellas más grandes.

Y como yo te amo, los pinos en el viento,

Quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pablo Neruda

Escribir, por ejemplo: “la noche está estrellada,

Y titilan, azules, los astros, a lo lejos.”

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

En las noches como esta la tuve entre mis brazos.

La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.

Como no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.

Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Que importa que mi amor no pudiera guardarla.

La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.

Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.

Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.

Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.

Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.

Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.

Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,

mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque este sea el último dolor que ella me cause,

Y estos sean los últimos versos que yo le escribo

7.- Ser.

Sonidos de silencio,

De noche y de nostalgia,

Pasajes misteriosos

Romance y sentimiento.

Profundo y contagioso

Regazo lastimero,

De esencias y de fuego,

De luces en el cielo,

De clavos y destellos.

Se acerca en lo profundo,

Camino inquebrantable

Del hombre satisfecho,

En su silencio.

Porque, decís callado,

En el momento aquel,

De risas y motivos,

Que tu sonrisa vana

Y tu mortal mirada,

De inocencia gastada,

Se encuentra guardada

Para servirme?

SOBREVIVIREMOS

Ayer, me senté en el parque debajo de un árbol y estuve pensando,

Que no he sido noble con mis sentimientos, lastimé mi vida por seguirla amando,

Que fueron sus sueños y otras ilusiones, los que hirieron este amor inmenso,

y las osadías que vivimos juntos, las que me dejaron un recuerdo intenso.

Mientras esperaba que el querido amigo, fiel de sentimiento, por fin se agotara,

saltando contento, oliendo los prados y corriendo a gritos sin que tropezara,

recordé momentos, instancias divinas, hermosos pasajes, vidas ya lejanas,

tantos años bellos, deliciosos sueños, alegrías inmensas, esperanzas vanas.

Luego, con mi amigo al lado, caminé pausado el sendero verde hacia la morada,

Donde hablamos siempre en los dos idiomas con que compartimos aquella velada,

él cansado y débil, agitado y torpe se mete en su casa buscando reposo,

relajado sueña con otro momento de emoción y encanto que le de alborozo.

Regreso a la mesa, abro mi portátil, tomo un poco de agua, me pongo a escribir,

a veces no encuentro las palabras nuevas y algunas guardadas que quiero omitir,

son las que se toman el momento frágil, el instante débil y me hacen sufrir,

porque en mi silencio de noches enteras, alborotan sueños y vuelvo a sentir.

Son cosas sencillas, las que ahora escribo, ya que siempre uso estas expresiones,

ver de otra manera, esta vida intensa, que ya me ha dejado varias decepciones,

recorrer las calles, escuchar las voces, sentir mis palabras, hacer reflexiones,

ayudar la gente, compartir mi tiempo, resignar mis gritos y olvidar pasiones.

De esas que se encuentran, cualquier día en la vida, sin que las busquemos,

y nos aferramos con total ternura, aunque no sabemos si es lo que queremos,

terminamos dando todo nuestro ser a una causa hermosa, con sinceridad,

aunque con el tiempo, las palabras sobren y nos interese solo la verdad.

JULIO MONCANUT

Al escuchar tú figura toda en mi oído,

Recuerdo la esencia de ese amor perdido,

Que vagó por años, sin resentimientos,

Apegado y libre por tantos momentos,

Que dejaron huellas, con lejano aliento,

De flores y amores que hoy dispersa el viento.

Pero me recuerdan, en sutil presencia,

Aquel sentimiento que ha guardado el tiempo.

Y yo te quería, por tu hermosa piel que tocó mi alma,

En aquel momento, el momento incierto,

Dejaron regados con su inmensa calma,

Todas las locuras de ese gran concierto.

Y yo te extrañaba, porque tus esencias

Se metieron todas en mi joven alma,

Que guardé por siempre y que me desarma,

Con la luz del cielo, las verdes llanuras, el amanecer y el alba,

Como suaves odas, que llegaron lejos

Y dejaron libres todos los pesares,

Momentos divinos, versos y palabras,

Que grabaron todos aquellos andares.

Y yo te recuerdo,

Ay que amor más bello, abrazos y besos,

Llenos de alegría, grandiosos sucesos,

Ese que dejamos guardado en tu tierra,

Oculto en los valles y en aquella sierra,

Donde nos amamos solo con ternura,

¡Europa del alma, la ilusión más pura!

Julio

Quiero ser tu amigo,

Para que me roce de algún modo tu ternura,

Y tus ojos profundos no dejen de mirarme,

Con algún rezago de duelo y sin premura.

Quiero ser tu amigo,

Porque aquel amor se fue despreocupado,

Sin temores y nostalgias aun no olvidados,

Y no quiero alejarme tanto de su esencia,

Recordada y comprimida en tu sutil ausencia.

Quiero ser tu amigo,

Porque ofreces sublime y cruda remembranza,

El sueño ignorado, la palabra usada y la alabanza,

La latente ilusión de amor perseverante,

Que espera paciente, optimista y delirante.

Quiero ser tu amigo,

Porque la oscura noche no se pierda,

Y entre susurros siempre use tu nombre,

En cada circunstancia de aquel hombre,

Que del amor intenso te recuerda.

Quiero ser tu amigo,

Para que no me olvides si es que acaso,

Otros nuevos ojos te asombraron,

Y dejaron en silencio aquel fracaso.

Y quiero ser tu amigo,

Porque así no quedas más distante,

Para seguir sintiendo aquella ausencia,

Que golpea profunda nuestra esencia,

Y que oprime en su luto al sol radiante.

No serás más adulada,

no te quiero más conmigo.

JULIO

NUEVE CAMPANADAS

I

Y sin sentir

Orgullo y desesperanza

El sosiego y la nostalgia

Lo dejaron partir.

II

Se fue todo el sentimiento

Y las noches del amor

Se los llevó en el viento

La fuerza del desamor.

III

Fuego de celestinas

Rumores y neblinas

Prodigaron cual espinas

Las más crueles rutinas.

IV

Y sin querer,

De las ilusiones muertas,

He dejado caer,

El juego destructor

Del desamor.

V

Ávido de venganzas

Con aliento arrasador

Despojó de remembranzas

El frío torturador

De la noche sin amor.

VI

Fuego de celestinas,

Pánico y desilusión,

Desesperanzas beduinas

Lastiman el corazón.

VII

Y sin amar,

Escondida, agazapada

La figura de la muerte

Injuriosa y despiadada

Ríe y goza sin parar.

VIII

Lluvia y desilusión,

Melancólico estupor,

Te venceré con pasión,

Alejándome del dolor

Con la espada del amor

Y la fe de la oración.

IX

Ya no más de tu castigo

Muerte lenta, despiadada,

No serás más adulada,

No te quiero más conmigo.

JULIO