Es tarde ya y no llegas.
La noche lentamente,
envuelve en su tristeza
las calles y veredas.
El cerro en la montaña
que guarda la ciudad,
se cubre de nostalgia,
y oscuridad.
Es tarde ya y no vuelves.
Me queda ese recuerdo,
en la vereda ajena,
tus dedos me tocaron
en inocencia plena,
compartieron mi cuerpo,
en el momento incierto,
regaron en mi piel
su profundo silencio,
en el lenguaje infiel,
su esencia y regocijo.
Es tarde ya y mi cuerpo
en gentiles desavenencias,
te reclama infinito,
las bellas providencias
del amor bendito,
que en su libertad
y sin más presencia
llenó de verdad.
Es tarde ya y no llegas,
y te sigo esperando.
miércoles, 2 de julio de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Que berraquera!!
Despues de tantos años encuentro esta publicacion que debe crecer porque estas marivillas con todo respeto no son solo tuyas.
Te felicito
Armando
Publicar un comentario